¿Ha vivido alguna vez una inundación en casa? Y no hablamos de las pequeñas inundaciones propias de olvidos como dejarse un grifo abierto o las derivadas de averías en las tuberías del hogar. Las que nos preocupan son las que son consecuencia del fenómeno atmosférico conocido como “gota fría”.
La «gota fría» es una situación atmosférica frecuente en el Levante español que se produce entre el final del verano y el comienzo del otoño, consecuencia de la aparición de bajas presiones o inestabilidades atmosféricas normalmente locales, debido a que las aguas del Mediterráneo presentan su máximo de temperatura y las temperaturas continentales empiezan a descender.
Las altas temperaturas del mar unido a la inestabilidad atmosférica propia de esta época del año propicia la formación de grandes nubes tormentosas que descargan una fuerte lluvia, normalmente acompañada de gran aparato eléctrico y de granizo que provoca graves inundaciones.
Ya que se trata de un fenómeno perfectamente conocido en nuestro país, deberíamos intentar minimizar sus consecuencias a través de la prevención.
Por supuesto, una de las acciones más relevantes en la prevención de inundaciones, es el correcto mantenimiento de la red de alcantarillado. La revisión del estado de imbornales, colectores, estaciones de bombeo y tramos urbanos de las ramblas, es imprescindible debido a la acumulación de ramas y hojas de los árboles, plásticos y residuos de todo tipo durante los meses de sequía. En nuestros hogares debemos revisar los desagües de terrazas y patios, además de poner a punto las bombas de achique en los garajes, para prevenir las inundaciones en casa.
Sin embargo, son muchas las veces en las que a pesar de estar preparados, no podemos evitar que nuestros hogares y garajes se inunden.
¿Sabemos que hacer en estos caso de inundación en casa?
- Lo primero, conserva la calma.
- Desconecta las fuentes de alimentación, cables y equipos eléctricos para evitar cortocircuitos. Evite tocar o pisar los cables eléctricos.
- Sube los muebles y objetos de valor a una altura lo más elevada posible para evitar daños por agua. En su defecto, cúbralos con bolsas de plástico.
- Guarda los documentos personales (documentos de identidad, escrituras, cartillas y tarjetas bancarias, etc.) en bolsas de plástico bien cerradas y en mochilas o bolsos que dejen las manos libres.
- Ten a mano una radio portátil, linternas a pilas y un botiquín de primeros auxilios.
- Limpia concienzudamente cualquier derrame de medicinas, sustancias tóxicas o inflamables.
- Mantén los alimentos en un lugar limpio, fuera del alcance del agua. No consumas alimentos que se hayan humedecido, ni que estén crudos.
- Estate pendiente de las señales de aviso, alarma y emergencia y mantente informado. Te ayudará a prepararte ante una posible evacuación. En ese caso, solo llévate lo necesario.
- Revisa cuidadosamente la casa para asegurar que no haya peligro, antes de regresar.
- Desaloja el agua estancada lo antes posible.
Cuando la inundación remite, las áreas afectadas quedan cubiertas de lodo y cieno. El agua y el paisaje pueden verse contaminados con materiales peligrosos como escombros punzantes, pesticidas, combustibles y aguas negras no tratadas. Además, a veces se interrumpe el suministro de electricidad ni agua potable. Es el momento de extremar las precauciones, hacer balance y comenzar las labores de limpieza.
Las inundaciones en casa son el riesgo natural más frecuente en las regiones mediterráneas y uno de los que provoca mayores pérdidas económicas en nuestro país. Si quieres que la próxima “gota fría” quede solo en una anécdota, ya sabes, la prevención es tu aliado.